fantasía aventura El Señor de los Anillos El Hobbit
Relatos que inspiraron a J.R.R. Tolkien
La Semilla de la Tierra Media
236 páginas / 6 x 9 pulgadas
John Ronald Reuel Tolkien (1892-1973), a menudo citado como J.R.R. Tolkien, fue un escritor, poeta, filólogo y académico inglés, mejor conocido como el autor de las obras clásicas de fantasía heroica El Hobbit, El Señor de los Anillos y El Silmarillion.
Tolkien afirmaba que sus historias nacían del humus de todo lo que había leído, que se había depositado en los estratos más hondos de su memoria. Refiriéndose al Señor de los Anillos, él dijo:
“Uno escribe una historia así no de las hojas de los árboles que aún son visibles, ni por medio de la botánica y la ciencia de la tierra; sino que crece como una semilla en la oscuridad del humus de la mente: de todo lo que ha sido visto o pensado o leído, que ha sido olvidado hace mucho tiempo, descendiendo a las profundidades”.
En esta antología veremos algunos de los materiales que ayudaron a formar ese humus, y que son un antecedente directo de la obra de Tolkien. Algunas de estas historias tienen similitudes obvias con los relatos de Tolkien, como las historias de hadas, duendes y dragones, otras no muestran un vínculo tan claro, pero todas ellas tuvieron parte en la creación del mundo de fantasía de J.R.R. Tolkien.
Los relatos incluidos en esta antología están ordenados cronológicamente. La fecha de la composición del primero de ellos –Beowulf–, no es clara, aunque sabemos que el primer manuscrito conocido del mismo se escribió entre 975 y 1025. El más reciente de los relatos –El Pueblo de la Puerta de la Montaña–, data de 1914.
La primera historia de esta antología, Beowulf, nació como un poema épico hace más de mil años. Tolkien fue un estudioso y un traductor de ese poema. En 1936 Tolkien dió una lectura sobre Beowulf: “Beowulf: The Monsters and the Critics”, primero en la British Academy y dos semanas después en la Manchester Mediaeval Society. Después de la muerte de Tolkien, en 2014, HarperCollins publicó “Beowulf: A Translation and Commentary”, tomado de un manuscrito sin publicar de Tolkien.
Beowulf es un héroe que combate con diversos monstruos que amenazan al pueblo: primero Gréndel, luego la madre de este último, y finalmente un dragón. Nótese que todo el contexto de conflictos bélicos e interpersonales y el tono épico, que caracteriza a Beowulf, tiene interesantes similitudes con muchos de los relatos de El Silmarilión. Otra similitud que vale la pena mencionar es que en El Hobbit, la escena donde Bilbo roba una copa del tesoro del dragón dormido, es una recreación de un episodio similar relatado al final del capítulo XXXI y el capítulo XXXII de Beowulf.
El siguiente relato, Kilhwch y Olwen es una de la historias que se encuentran en el Mabinogion, que es un libro que reúne las primeras historias en prosa de la literatura británica. Las historias fueron recopiladas en galés medio en los siglos XII y XIII a partir de tradiciones orales anteriores. El Mabinogion mismo era parte del Libro Rojo de Hergest, que el Libro Rojo de la Frontera del Oeste probablemente imita.
Tolkien siempre profesó su amor por gales y el lenguaje galés y él mismo tradujo al inglés la primera parte del Mabinogion.
En la leyenda galesa, recogida por el cuento que nos ocupa, Olwen fue una hermosa doncella, la hija del gigante Yspaddaden, quien le imposu a Kilhwch muchas tareas aparentemente imposibles de realizar, como condición para otorgarle la mano de su hija.
Algunos autores, como Donald O’Brien, Patrick Wynne, Carl Hostetter, Tom Shippey y David Day han señalado algunas similitudes entre el relato de Tolkien de Beren y Lúthien, uno de los principales relatos de El Silmarillion, y Kilhwch y Olwen.
En ambos, los héroes masculinos hacen promesas precipitadas después de haber sido impresionados por la belleza de una doncella; ambos cuentan con la ayuda de grandes reyes, Arturo y Finrod; a ambos se les asignan tareas imposibles que incluyen, directa o indirectamente, la caza y matanza de bestias feroces, como los jabalíes Twrch Trwyth e Yskithyrwyn en Kilhwch y Olwen, y el lobo Carcharoth en El Silmarilion, con la ayuda de un sabueso sobrenatural (Cavall en Kilhwch y Olwen y Huan en El Silmarilion). Ambas doncellas poseen tal belleza que las flores o los tréboles crecen bajo sus pies.
Otro de los relatos de esta antología, Los Elfos, nos muestra algunas de las características que Tolkien asignó a esa raza en El Señor de los Anillos, como inmortalidad, un concepto distinto del tiempo, y ciertos poderes especiales, pero también otras, que Tolkien no utilizó en sus relatos.
En su infancia, Tolkien disfrutó mucho los libros de hadas de George Macdonald, como La llave dorada, que trata del País de las Hadas. La escena que muestra a un árbol maligno que atrapa a Maraña seguramente traerá a la mente de los lectores de Tolkien como Merry y Pippin fueron apresados por el viejo sauce a orillas del río, solo que en este caso, Maraña es rescatada por un pez volador, en lugar de Tom Bombadil.
La imaginación de Tolkien también fue alimentada por los libros de hadas de Andrew Lang. En particular, La historia de Sigfrido –que es un relato tomado de la mitología nórdica–, el matador del dragón Fafnir, iba a causar una impresión duradera. “Deseaba dragones con un deseo profundo”, recordó Tolkien muchos años después, y a la edad de siete años comenzó a escribir su propia historia sobre un dragón. La historia de Sigfrido muestra algunos temas que aparecen en las historias de Tolkien, como el dragón que guarda un tesoro en una cueva, tal como lo vemos en el El Hobbit y también menciona un yelmo (en lugar de un anillo) que otorga la invisibilidad. La historia abunda en maldiciones y traiciones, y tiene un tono parecido a muchas de la historias de Tolkien que se encuentran en El Silmarilión.
La Pirámide Brillante nos muestra el mundo oculto de la “pequeña gente”, que sólo se revela a la gente del mundo normal a través de extrañas pistas. Pero después de cruzar el umbral de lo que es familiar, quizás ya no sea posible volver atrás; como dijo el mismo Tolkien: “Cuanto más lejos lleguéis, menos fácil será retroceder, ... y no podéis prever lo que cada uno encontrará en el camino”. No sabemos cuanto influyeron en Tolkien los escritos de Machen, pero no hay duda que tienen muchos puntos en común.
Gatita Miau trata de ogros, hadas y enanos. Aquí los ogros atrapan a su presa como lo hicieron los ogros que atraparon a los enanos en El Hobbit, al entrar al Bosque Negro. Los enanos son tramposos y avariciosos, pero las hadas muestran su mejor aspecto al protagonista. Aquí también podemos ver el tema de los árboles huecos usados como vivienda.
Corazón Negro y Corazón Blanco, fue escrito por un autor que influenció mucho a Tolkien, especialmente en su juventud: H. Ridder Haggard.
Una de las obras más conocida de Haggard, Ella, fue mencionada por el mismo Tolkien en una entrevista. Muchos estudiosos consideran que Ella puede haber sido una influencia en la invención de Galadriel, la Reina de los Elfos que aparece en El Señor de los Anillos.
Debido a su longitud, no pudimos incluir a Ella en esta antología, pero Corazón Negro y Corazón Blanco nos da una idea clara del tipo de prosa de Haggard. Aquí podemos ver algunas de las cosas que Haggard y Tolkien tienen en común, una combinación de alta aventura, nobles protagonistas y un toque de magia y poderes ocultos.
Otro autor que influenció a Tolkien fue John Buchan, cuyo cuento Las Islas Lejanas toca la leyenda de Avalón, esa isla legendaria de la mitología celta, situada en algún lugar de las islas Británicas, aunque en este relato aparece más como una visión y un sueño, que como una realidad.
Los domadores de dragones es una historia para niños, uno de los ocho cuentos que formaban El libro de los dragones. Cualquiera que haya leído el cuento de Tolkien, Egidio el Granjero de Ham, notará muchas similitudes con Los domadores de dragones. En ambos casos un dragón aqueja a un pueblo, las autoridades son corruptas e incompetentes, y alguien sin poder tiene que ocuparse del dragón, cosa que hace más bien con astucia que por la fuerza. Los protagonistas de ambos relatos llegan a ser, uno alcalde y el otro rey.
El maravilloso mago de Oz, de L. Frank Baum es un libro que tiene muchas similitudes con El Hobbit. Debido a su longitud, no pudimos incluirlo en esta antología, pero, a modo de muestra, otro relato de Baum, El Búfalo Encantado, nos da una idea clara del mundo de fantasía de su autor.
William Morris influenció mucho a Tolkien, quien deseaba imitar los romances de Morris en prosa y poesía, como también su estilo y enfoque general. Tolkien incluyó en su obra algunos elementos de las historias de Morris, como los Pantanos Muertos en El Señor de los Anillos y el Bosque Negro (Mirkwood) en El Hobbit. Aquí incluimos un relato corto de Morris: El Pueblo de la Puerta de la Montaña.
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